viernes, 9 de noviembre de 2007

Adios...

La mañana de la partida, puso en orden el planeta...

Y cuando regó por última vez la flor, y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.
—Adiós —le dijo a la flor. Esta no respondió.
—Adiós —repitió el principito.
La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.
He sido una tonta —le dijo al fin la flor—.
Perdóname. Procura ser feliz.
Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó desconcertado
, con el fanal en el aire, no comprendiendo esta tranquila mansedumbre.
Sí, yo te quiero —le dijo la flor—, ha sido culpa mía que tú no lo sepas; pero eso no tiene importancia. Y tú has sido tan tonto como yo. Trata de ser feliz. . .

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